Skip to main content

Las limitaciones de los minerales críticos son una llamada de atención sobre la seguridad energética

La clave: 

  • Los mercados por sí solos no garantizarán un suministro fiable de materiales clave necesarios para las industrias de alta tecnología, afirma el director de la AIE, Fatih Birol. 
  • Las tecnologías utilizadas en los sectores energético, electrónico y aeroespacial suelen depender de los mismos minerales críticos y comparten cadenas de suministro interconectadas
  • Lamentablemente, los suministros de los seis principales minerales críticos relacionados con la energía (cobre, litio, níquel, cobalto, grafito y tierras raras) se están moviendo en la dirección opuesta y se están volviendo cada vez menos diversificados.

A medida que cambia el sistema energético mundial, también lo hace la naturaleza de la seguridad energética. Los gobiernos de todo el mundo prestan especial atención a garantizar el suministro seguro de los combustibles tradicionales de los que dependen muchos de sus sistemas energéticos, como el petróleo, el gas y el carbón.

El reciente apagón en la península Ibérica fue un duro recordatorio de la vital importancia de la seguridad eléctrica. Pero junto a estas áreas consolidadas, la cuestión del suministro de los minerales que se utilizan en una amplia gama de tecnologías energéticas —como paneles solares, turbinas eólicas, baterías y redes eléctricas— ha cobrado gran importancia en la agenda internacional.

Y sus implicaciones van mucho más allá de la energía. Las tecnologías utilizadas en los sectores energético, electrónico y aeroespacial suelen depender de los mismos minerales críticos y comparten cadenas de suministro interconectadas. Por ejemplo, las tierras raras son esenciales para las turbinas eólicas, los vehículos eléctricos, los robots y los drones. De igual modo, el circonio y el boro desempeñan un papel importante en la energía nuclear y los motores a reacción.

El rápido crecimiento de estas tecnologías, combinado con las ambiciones de los países de expandir la producción nacional, ha centrado la atención en dónde se extraen y, más importante aún, se refinan los minerales vitales para su producción.

Desde la perspectiva de la seguridad energética, el panorama no es tranquilizador. En la Agencia Internacional de la Energía, una de nuestras reglas de oro para la seguridad energética es la diversificación. Depender demasiado de un combustible o proveedor en particular puede conllevar riesgos sustanciales, como Europa descubrió a su considerable coste en lo que respecta al suministro de gas natural procedente de Rusia. Lamentablemente, los suministros de los seis principales minerales críticos relacionados con la energía (cobre, litio, níquel, cobalto, grafito y tierras raras) se están moviendo en la dirección opuesta y se están volviendo cada vez menos diversificados.

Desde que la AIE publicó hace cuatro años su estudio fundamental sobre minerales críticos para la transición a las energías limpias , la cuota de mercado media de los tres principales productores ha ascendido a casi el 90 %. Incluso considerando todos los proyectos minerales planificados a nivel mundial, se prevé que este alto grado de concentración solo disminuya ligeramente durante la próxima década, situándose prácticamente en el mismo nivel que en 2020.

No se trata solo de un problema energético, sino de seguridad económica. El desequilibrio es aún más evidente al considerar un conjunto más amplio de minerales relacionados con la energía que también se utilizan en sectores como el aeroespacial, la defensa y los microchips. En un notable porcentaje de 19 de 20 minerales estratégicos, China es el principal refinador, con una cuota de mercado promedio del 70 %. En las últimas dos décadas, China ha invertido considerablemente en estas cadenas de valor, construyendo infraestructura que sustenta su floreciente producción de tecnologías de energía limpia y otros sectores manufactureros avanzados.

Un desafío clave es que, a día de hoy, más de la mitad de estos minerales estratégicos se enfrentan a algún tipo de restricción a la exportación o control comercial. Estas restricciones ya no se limitan a las materias primas o refinadas, sino que también afectan cada vez más a las tecnologías de procesamiento de los minerales. En un número notable de 19 de los 20 minerales estratégicos, China es el refinador líder, con una participación de mercado promedio del 70 por ciento. Por el momento, los principales mercados minerales críticos parecen estar bien abastecidos. Sin embargo, esto ha provocado una caída de los precios, lo que ha frenado las inversiones necesarias para diversificar la oferta y satisfacer el fuerte crecimiento previsto de la demanda durante la próxima década. Los proyectos que involucran a nuevos participantes en el mercado han sido los más afectados. Además, los largos plazos de entrega de los proyectos aumentan los riesgos para la seguridad del suministro si se retrasan las decisiones de inversión.

El apoyo político y las alianzas internacionales son esenciales. Los proyectos en regiones más diversificadas suelen afrontar costos de capital aproximadamente un 50 % superiores a los de China y otras refinerías existentes. Herramientas como mecanismos de estabilización de precios, garantías de demanda e incentivos vinculados a altos estándares ambientales y sociales podrían ayudar a liberar nueva oferta. Por ejemplo, incentivos específicos para una producción más limpia de níquel podrían reducir la concentración del mercado global en un 7 % en los próximos 10 años.

La colaboración es tan importante como la competencia. Los países ricos en recursos, aquellos con capacidad de refinación y los países consumidores finales tienen interés en cadenas de suministro más seguras y sostenibles, mientras que las alianzas estratégicas pueden contribuir a equilibrar el equilibrio en mercados altamente concentrados como el del grafito y las tierras raras.

La tecnología también desempeña un papel importante. Las innovaciones en exploración, minería y refinación, como el análisis geológico basado en inteligencia artificial, pueden reducir los costos de perforación hasta en un 60 % y cuadruplicar las tasas de éxito de los descubrimientos. La AIE está intensificando sus esfuerzos, contribuyendo a fortalecer la resiliencia ante las interrupciones del suministro, impulsando un desarrollo más rápido de proyectos en todas las regiones y reforzando la supervisión del mercado.

Sin embargo, los gobiernos y la industria deben actuar conjuntamente, con urgencia y determinación, para que la próxima generación de tecnologías energéticas se asiente sobre bases sólidas. Si se los deja a su suerte, los mercados no podrán ofrecer el nivel de diversificación y crecimiento que reduciría significativamente los riesgos de seguridad del suministro.

 

Fuentes: Fatih Birol- FT, AIE

Foto: dominik-vanyi-unsplash

Related News

El Asalto de Trump al Dólar Global: Un Futuro Incierto para la Hegemonía Monetaria

Batalla mundial por el control de las tierras raras vitales para la transición a la energía limpia