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China añadirá 11 nuevas reservas de petróleo en 2025 y 2026. ¿Por qué?

La clave:
  • El nuevo impulso de almacenamiento petrolero chino no es un hecho aislado, sino una pieza más de su estrategia para consolidar su seguridad energética y su influencia global.
  • Mientras las economías occidentales aún debaten cómo equilibrar transición energética y dependencia del petróleo, China está construyendo la red que le permitirá responder con autonomía, aprovechar las oscilaciones del mercado y moldear el precio del crudo a su favor.
China, el mayor comprador de petróleo crudo del mundo, está sumando once nuevos sitios de reserva de petróleo este año y el próximo, mientras Pekín acelera el almacenamiento del producto básico estratégico para salvaguardar la seguridad del suministro, según fuentes públicas .
Tres de los 11 sitios están en el interior, en el norte de la provincia de Shaanxi y el suroeste de Yunnan, mientras que el resto se encuentran en las costas este y sur.
Los yacimientos tienen una capacidad combinada de 26,8 millones de metros cúbicos, o aproximadamente 169 millones de barriles, equivalente a dos semanas de importaciones de crudo de China. En comparación, China añadió entre 180 y 190 millones de barriles de capacidad de almacenamiento entre 2020 y 2024, según estimaciones de las firmas de análisis de datos Vortexa y Kpler, respectivamente.
La mayoría de los nuevos sitios de almacenamiento están etiquetados por el gobierno y las empresas como “reservas comerciales”, según los medios de comunicación estatales locales y los sitios web de las empresas.
Sin embargo, como los tanques son construidos por compañías petroleras nacionales que adquieren petróleo para las reservas, los sitios sirven como reservas de emergencia del gobierno, dicen los expertos de la industria.
Por otra parte, la provincia china de Fujian propuso a fines de 2021 construir un total de 31 millones de metros cúbicos (195 millones de barriles) de almacenamiento subterráneo de petróleo entre 2022 y 2026, según los sitios web del gobierno local.
Ubicación
Nueva capacidad (millones de m³)
Operador
Yantái, Shandong
3
Puerto de Yantai
Weifang, Shandong
2.8
Aceite de zhenhua
Daxie, Zhejiang (metro)
3
CNOOC
Danzhou, Hainan
3.2
Sinopec
Jingbian, Shaanxi
0.8
Petróleo Yanchang
Yan’an, Shaanxi
1
Petróleo Yanchang
Chuxiong, Yunnan (metro)
5
PetroChina
Dayou, Liaoning
2
Aceite de zhenhua
Dongying Shandong
3.2
Sinopec
Puerto de Jinzhou, Liaoning
0.8
Aceite de zhenhua
Expansión de Tianjin Shihua
2
Sinopec

China acelera la acumulación de petróleo: la estrategia detrás de las nuevas reservas y su impacto global

China, el mayor importador mundial de crudo, ha dado un paso decisivo en su estrategia energética: añadirá once nuevos sitios de reserva de petróleo entre 2025 y 2026, con una capacidad combinada de 26,8 millones de metros cúbicos, equivalentes a unos 169 millones de barriles. La magnitud de la cifra es reveladora: equivale a dos semanas completas de importaciones del país. Pero más allá de los números, la medida encierra una lectura geopolítica y económica de gran alcance: Pekín está fortaleciendo su blindaje energético ante un mundo más volátil, más fragmentado y más caro.

Un impulso sin precedentes en la infraestructura del crudo

Los nuevos emplazamientos se distribuirán entre zonas costeras —como Shandong, Zhejiang, Hainan y Liaoning— y áreas interiores estratégicas como Shaanxi y Yunnan. Algunos proyectos, como los de Daxie (Zhejiang) o Chuxiong (Yunnan), son instalaciones subterráneas, más seguras y duraderas, destinadas a reducir riesgos físicos y medioambientales.

China ha construido en los últimos años una arquitectura de almacenamiento dual: reservas estratégicas del Estado y reservas “comerciales” gestionadas por empresas estatales, pero que en la práctica también funcionan como reservas de emergencia. Este esquema flexible permite al gobierno mover grandes volúmenes sin hacerlos públicos ni someterlos a los estándares de transparencia internacionales. En otras palabras, China puede absorber o liberar crudo del mercado global sin avisar, alterando la oferta disponible y, por extensión, influyendo indirectamente en los precios internacionales.

Las razones estratégicas: seguridad, oportunidad y poder de mercado

1. Seguridad energética en un contexto de incertidumbre

El primer motor de esta expansión es la seguridad. Pekín aprendió, durante la pandemia y las crisis del Mar Rojo y Ucrania, que la vulnerabilidad energética es también una vulnerabilidad económica y política. Con el 75% de su crudo proveniente del exterior y rutas críticas como el estrecho de Malaca o el Golfo Pérsico bajo riesgo de interrupciones, acumular petróleo es acumular estabilidad.
En un entorno donde las tensiones geopolíticas se multiplican, la capacidad de sostener el consumo durante semanas sin importaciones directas se convierte en un activo estratégico de primer orden.

2. Aprovechar las ventanas de precio

China también se comporta como un inversor inteligente. En 2025, los precios del Brent han fluctuado entre los 70 y 85 dólares por barril, un rango que ha permitido a Pekín comprar y almacenar crudo cuando los precios retroceden, reforzando sus inventarios a costes relativamente bajos.
Esta política contracíclica —comprar cuando otros venden— no solo reduce el coste medio de adquisición, sino que ayuda a estabilizar internamente la inflación energética. A la vez, contribuye a sostener los precios internacionales al absorber el exceso de oferta global, suavizando las caídas del mercado.

3. Flexibilidad operativa y control sobre el mercado

La frontera difusa entre reservas estratégicas y comerciales otorga a China una herramienta de gestión del mercado sin precedentes. Al designar parte de su almacenamiento como “comercial”, puede justificar grandes compras sin declarar que está ampliando sus reservas estatales. Pero en la práctica, esas compras pueden retirarse del mercado mundial de forma prolongada.
Esto significa que, cuando China decide aumentar sus existencias, reduce la disponibilidad de cargamentos para otros compradores, presiona al alza los precios spot y eleva los fletes marítimos. A la inversa, si decide liberar parte de su inventario, puede aliviar temporalmente la tensión en el mercado, generando volatilidad.

4. Geopolítica del crudo: independencia frente a Occidente

El movimiento también se inscribe en una tendencia más amplia: la búsqueda de autonomía energética y financiera frente a Occidente. Aumentar reservas permite a China resistir potenciales sanciones o bloqueos en un escenario de conflicto global, al tiempo que consolida su papel como actor estabilizador —o desestabilizador— según su conveniencia.
Al mismo tiempo, el impulso a las reservas fortalece su posición negociadora con los grandes productores, especialmente dentro de OPEC+, donde el consumo chino es determinante para el equilibrio del cartel. Con inventarios llenos, Pekín puede reducir compras temporalmente y ejercer presión sobre productores para obtener condiciones más favorables.

Un efecto visible en los precios globales

Los analistas coinciden en que la política de almacenamiento china actúa como un amortiguador del mercado, pero también como una fuente de volatilidad.
En los últimos meses, firmas de análisis como Vortexa y S&P Global estiman que China ha estado acumulando entre 400.000 y 600.000 barriles diarios en reservas, suficiente para absorber parte del excedente mundial. Ese flujo de compras ha contribuido a mantener los precios del Brent por encima de los 80 dólares, pese al aumento de la oferta de productores no OPEP y la desaceleración de la demanda en Europa.

El efecto es doble: a corto plazo, los precios tienden a estabilizarse o subir cuando China compra agresivamente; pero a largo plazo, el país gana una capacidad estructural de intervención. Un nivel de reservas cercano a 1.000 millones de barriles —sumando estratégicas y comerciales— le otorga margen para gestionar sus importaciones y amortiguar choques externos durante meses.

El mensaje de fondo: China no improvisa

La expansión de reservas no es una reacción táctica, sino parte de una planificación meticulosa y de largo plazo. Forma parte de la política de “seguridad energética total” impulsada por Pekín, que combina diversificación de fuentes (Rusia, Medio Oriente, África), expansión logística (oleoductos, terminales y flota de tanqueros) y aumento de almacenamiento.

Cada nuevo tanque, cada caverna subterránea, cada puerto ampliado refuerza un mensaje: China quiere dominar no solo el consumo de petróleo, sino su ritmo, su tiempo y su precio.
Y en un mercado global cada vez más sensible a las señales de Pekín, esa ambición ya está alterando la forma en que el resto del mundo —desde la OPEP hasta las refinerías europeas— piensa el equilibrio del crudo.

El nuevo impulso de almacenamiento petrolero chino no es un hecho aislado, sino una pieza más de su estrategia para consolidar su seguridad energética y su influencia global.
Mientras las economías occidentales aún debaten cómo equilibrar transición energética y dependencia del petróleo, China está construyendo la red que le permitirá responder con autonomía, aprovechar las oscilaciones del mercado y moldear el precio del crudo a su favor.
En el tablero del petróleo, la capacidad de almacenar es, cada vez más, la capacidad de decidir.

Fuentes consultadas: Reuters, S&P Global Commodity Insights, Vortexa, Kpler, Ministerio de Comercio de China, Global Times, CGTN, Agencia Internacional de la Energía (IEA), Gunvor Group, Kayrros.

Foto: american-public-power-association-bv2pvCGMtzg-unsplash

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