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Los investigadores instan a Europa a «abrazar» la desindustrialización

La clave: 

  • La siderurgia ecológica será mucho más barata en regiones ricas en energías renovables como Sudáfrica que en Europa, advierten los investigadores. 
  • Ante la competencia mundial de países con energías renovables baratas, la UE debería optar por una desindustrialización parcial en lugar de subvencionar industrias poco competitivas, según un nuevo informe del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático publicado recientemente.

La desindustrialización y la competitividad económica son temas de debate en vísperas de las elecciones europeas del 6 al 9 de junio. Las cosas pueden torcerse rápidamente: Cuando se produjo la crisis energética en 2022, la producción europea de amoníaco, un paso en la fabricación de fertilizantes, cayó un 70% y se mantuvo baja en 2023, lo que llevó a los grupos de presión a advertir de la desindustrialización.

Pero mientras los políticos de la UE quieren mantener las cadenas de suministro nacionales existentes y alimentar otras nuevas de valor ecológico frente a la competencia internacional, los investigadores advierten contra la creación de industrias que dependan de las subvenciones para sobrevivir.

Entonces, ¿debería Europa aceptar estos cambios estructurales, que las asociaciones industriales denominan desindustrialización?

«Al menos deberían plantearse la deslocalización ecológica parcial de materias primas como el amoníaco», afirma Falko Ueckerdt, científico del Instituto Potsdam de Investigación del Impacto Climático (PIK), con sede en Berlín, coautor de un artículo sobre las perspectivas de la industria limpia mundial publicado en Nature Energy.

Según él, es inevitable. Según el artículo, en algunos países, donde una combinación de energía eólica y solar funciona de forma óptima, los precios de la electricidad serán sistemáticamente 40 euros por MWh más baratos que en Europa, lo que abaratará hasta un 37% algunos procesos industriales ecológicos. Una barrera probablemente infranqueable.

En la actualidad, los gobiernos europeos, con Berlín a la cabeza, subvencionan la transformación de los procesos industriales. Las acerías pueden pasarse al hidrógeno, las papeleras comprar grandes bombas de calor y las cementeras capturar su inevitable CO2, todo ello gracias a generosas subvenciones públicas.

Sólo para descubrir en la década de 2030 «que no son competitivas debido a la presión de los mercados mundiales» porque las materias primas ecológicas pueden producirse más baratas en otros lugares, advirtió Ueckerdt.

«Entonces, tras haber gastado miles de millones de euros, o se mantienen las subvenciones o se deja que estas industrias se desmoronen lentamente», añadió.

Con los presupuestos ajustados «tras las múltiples crisis» que azotaron a la UE, el experto alemán dijo que queda otra opción: «abrazar las importaciones».

Si se trasladan todas las etapas de la producción de acero -desde la reducción del mineral de hierro hasta la fabricación del acero- al extranjero, a lugares óptimos, podría resultar un 18% más barato que cuando todas las etapas se mantienen en Europa, según el documento.

El coste de la urea, un fertilizante químico, bajaría un 32%, mientras que el etileno, un producto químico con múltiples aplicaciones industriales, podría abaratarse un 38%.

La producción de estos productos en el extranjero sería más barata por dos razones.

En primer lugar, el transporte de productos acabados cuesta menos que el de energía, sobre todo el transporte de hidrógeno, que aún no se ha probado y se prevé costoso.

En segundo lugar, algunos países tienen recursos eólicos y solares que permitirán producir una energía barata sin precedentes.

«Australia tiene un buen potencial», afirma Philipp Verpoort, postdoctorando que dirigió el estudio, porque «es un país desarrollado que mantiene bajos los costes de financiación» y su «industria del mineral de hierro ya existente» lo posiciona para atender la demanda mundial de acero ecológico.

Lo mismo puede decirse de Brasil y Sudáfrica”, añadió, pero aunque estos países tienen industrias de mineral de hierro, su relativa inestabilidad político-económica significa que “podrían enfrentarse a algunos problemas de desarrollo”.

 

Fuente: Nikolaus J. Kurmayer | Euractiv

Foto: patrick-hendry-unsplash

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