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India-China: ¿Por qué el vaso que trajimos de Tianjin está medio lleno?

Las claves:

  • Tras el éxito de la visita de Modi a China, llega la parte difícil del seguimiento.
  • Presumiblemente, estas sólidas señales políticas y la nueva formulación de que India y China son “socios para el desarrollo y no rivales” transmiten que Pekín y Nueva Delhi están tomando decisiones estratégicas basadas en sus propios intereses. Sin embargo, la paradoja persiste: el vaso está solo medio lleno. Lo que sucederá está por verse.
  • Dos cuestiones importantes que se están planteando son las negociaciones fronterizas y el juego de póker entre India y Estados Unidos sobre los aranceles.

Tras analizar la visita de dos días del primer ministro Narendra Modi a Tianjin, la mayoría de los expertos y exburócratas chinos se muestran escépticos sobre la posibilidad de un acercamiento entre India y China. El establishment indio, con su visión estrecha, desconfía de las intenciones de China. Como en la obra existencialista de Bertolt Brecht, Esperando a Godot , preferirían esperar la llegada de Donald Trump. Por lo tanto, queda en manos del público internacional tomar nota de las implicaciones geopolíticas de la visita de Modi.

Si Modi viajó a China con la esperanza de reconstruir las relaciones entre India y China desde cero, regresó a casa con un vaso medio lleno. Esto no se debe a que la visita y la reunión con el presidente chino, Xi Jinping, no estuvieran meticulosamente planificadas. Al contrario, conversaciones de alto nivel en Nueva Delhi entre altos funcionarios de ambos países precedieron la visita hasta el último momento.

En primer lugar, el impacto de la visita en la cooperación bilateral. Xi le dijo a Modi que lograr una “danza del dragón y el elefante” es la decisión correcta para los dos países vecinos. Modi argumentó que la paz y la tranquilidad en la frontera son requisitos previos para las relaciones bilaterales. Si bien Xi señaló que las relaciones bilaterales no pueden definirse únicamente por la cuestión fronteriza, Modi añadió, y Xi coincidió, que India y China son socios, no adversarios, y que habría mucho más consenso que diferencias. Ambos coincidieron en que las diferencias no deben convertirse en disputas.

Tanto India como China ven el potencial de aprovechar el entorno externo de los muros arancelarios para fortalecer el entendimiento mutuo y fomentar las relaciones comerciales. El secretario de Relaciones Exteriores, Vikram Misri, declaró en una rueda de prensa que se trata de una conversación en curso a múltiples niveles entre ambos gobiernos, empresas y entidades que participan en el comercio entre ambos países, “y tendremos que observar cómo evoluciona”.

China está muy interesada en la expansión y profundización de los lazos comerciales y, aún más importante, es consciente del papel que las economías india y china pueden desempeñar en la estabilización del comercio mundial. Por ello, Modi y Xi coincidieron, una vez más, en la necesidad de actuar desde una perspectiva política y estratégica para reducir el déficit comercial de la India, facilitar las relaciones bilaterales de comercio e inversión e inyectar transparencia y previsibilidad en las condiciones comerciales.

Otro resultado significativo es la aceleración de la implementación de los entendimientos alcanzados entre los representantes especiales de ambos países en su 24.ª ronda de conversaciones sobre la frontera, celebrada en Nueva Delhi hace apenas dos semanas. Se llegó a un acuerdo sobre la necesidad de mantener la paz en la frontera mediante los mecanismos existentes y nuevos, y de evitar perturbar la relación en general.

Misri reveló que se puede esperar un seguimiento inmediato en los próximos días y semanas para desarrollar las decisiones recientes de los representantes especiales con respecto a la creación de un grupo de expertos para “explorar los primeros resultados en la delimitación de fronteras” en las zonas fronterizas; establecer un grupo de trabajo “para promover una gestión fronteriza eficaz”; crear mecanismos de nivel general en los sectores oriental y medio; y discutir la desescalada.

En general, no cabe duda de que la reunión en Tianjin impulsó las relaciones bilaterales. Ambos líderes mostraron activamente su cooperación. Cabe destacar la participación de Cai Qi, un político de alto rango en el círculo íntimo de Xi durante muchos años.

Es importante comprender la importancia de ser Cai Qi. Es el miembro de mayor rango del Secretariado del Partido Comunista Chino (PCCh), el quinto miembro de mayor rango del Comité Permanente del Politburó del PCCh y director de la Oficina General del PCCh, lo que lo convierte en el jefe de gabinete de facto del Secretario General del PCCh, Xi Jinping. Como director de la Oficina General del PCCh, Cai supervisa la implementación de decisiones de alto nivel, tanto internas como externas.

El comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores indicó que Modi compartió con Cai su visión de las relaciones bilaterales y solicitó su apoyo para hacer realidad la visión de ambos líderes. Según Xinhua , Cai afirmó que China está dispuesta a colaborar con la India para fortalecer los intercambios amistosos y la cooperación mutuamente beneficiosa, gestionar y resolver adecuadamente las diferencias, y promover la mejora y el desarrollo de las relaciones entre China y la India.

Presumiblemente, estas sólidas señales políticas y la nueva formulación de que India y China son “socios para el desarrollo y no rivales” transmiten que Pekín y Nueva Delhi están tomando decisiones estratégicas basadas en sus propios intereses. Sin embargo, la paradoja persiste: el vaso está solo medio lleno. Lo que sucederá está por verse.

Recientemente, Global Times publicó dos comentarios sobre la naturaleza confrontativa del Quad. El más reciente, coincidiendo con la reunión entre Xi y Modi, señalaba: «Los países de la región deberían abordar las relaciones de alianza con una mentalidad más cautelosa y pragmática. Una arquitectura regional basada en la autonomía estratégica y la cooperación mutuamente beneficiosa, en lugar de seguir ciegamente a otros, favorece mejor los intereses de las partes interesadas».

En resumen, Pekín, como la mayoría de las capitales del mundo, aguarda el desenlace que inevitablemente surgirá de la alienación entre Estados Unidos y la India. Pero la pantomima que se desarrolla a diferentes niveles involucra a múltiples actores. Las noticias de Tianjin, por ejemplo, y la intensa conversación de una hora del domingo entre Modi y el presidente ruso Vladimir Putin en la limusina de este último —protegida de las escuchas de las agencias de espionaje— insinuaron una extraordinaria convergencia ruso-india. Dicho esto, el destino del petróleo ruso en el mercado indio sigue siendo incierto.

Un día después, Anant Ambani, hijo del multimillonario Mukesh Ambani, reveló en su primer discurso en la junta general anual de accionistas de Reliance que existe presión para comprar petróleo ruso. No se equivoquen: cuando Washington critica a India por comprar petróleo ruso, la insinuación es que quiere que India “elija un bando”, la misma lógica que impulsa a India a unirse al Quad. Y ese objetivo no es más que convertir a India en un peón de la llamada Estrategia Indopacífica de Washington. Pero Delhi aún no está segura de si estas pequeñas camarillas políticas se alinean con su búsqueda de plena autonomía estratégica.

Las conversaciones en Tianjin ofrecen una oportunidad excepcional para mejorar la relación entre China y la India. Si bien persisten desafíos, la disposición de ambos países a una cooperación pragmática introduce un factor positivo en el equilibrio estratégico global. Este inicio es un buen augurio, pero Modi necesita darle continuidad.

 

Fuentes: MK Bhadrakumar, The Indian Express

Foto: ishant-mishra-Ha4GZKWINdw-unsplash

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