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China está desacelerando su crecimiento. Las razones parecen tener que ver con la pandemia y con un plan de recuperación que no acaba de activar la economía. Todo ello ha aflorado cuestiones más sistémicas, como la alta deuda de hogares y empresas o la crisis del sector inmobiliario, principal motor de la economía en los últimos años, que ponen en cuestión el crecimiento de China a medio plazo.
De este modo, China se ve afectada simultáneamente por una crisis de origen interno (crisis inmobiliaria y financiera) y otra de naturaleza externa (crisis del sector exterior por debilidad de la demanda global y tensiones geopolíticas).
En ese sentido, nos parece relevante cuestionarse qué impacto es previsible que esta situación tenga en el resto de economías mundiales.
En el cuadro adjunto podemos ver la estimación realizada por dos instituciones de referencia, Oxford Economics y Wells Fargo Economics.
Fuente: Oxford Economics y Wells Fargo Economics
Foto: pawel-janiak- Unsplash
