- En una audiencia histórica celebrada el 5 de noviembre de 2025, el Tribunal Supremo de Estados Unidos sometió a un escrutinio sin precedentes los aranceles globales impuestos por el presidente Donald Trump, generando un terremoto de incertidumbre que amenaza con redefinir las reglas del comercio internacional y el futuro de miles de empresas europeas.
- Para las organizaciones europeas del sector industrial, lo que comenzó como una política proteccionista estadounidense se ha convertido en el caso judicial más trascendente para sus operaciones desde la crisis financiera de 2008.
El día en que el Supremo cuestionó al presidente
La escena en el Tribunal Supremo fue inusual. Durante casi tres horas, tanto los magistrados conservadores como los liberales —incluidos tres jueces designados por el propio Trump— bombardearon al fiscal general D. John Sauer con preguntas escépticas sobre la legalidad de los aranceles más extensos jamás impuestos por un presidente estadounidense sin aprobación del Congreso.
La jueza Amy Coney Barrett, nombrada por Trump, lanzó una pregunta que resonó en toda la sala: “¿Es su posición que todos los países necesitaban ser gravados con aranceles debido a amenazas a la defensa y la base industrial? ¿Por ejemplo, España? ¿Francia?”. Su tono dejaba claro que la respuesta no la convencía. El juez Neil Gorsuch, también designado por Trump, fue aún más directo: “¿Qué impediría que el Congreso renunciara por completo a su responsabilidad de regular el comercio exterior —o incluso de declarar la guerra— y se lo cediera al presidente?”.
El presidente del Supremo, John Roberts, planteó el núcleo constitucional del asunto: los aranceles son esencialmente “impuestos sobre los estadounidenses, una autoridad que tradicionalmente ha residido en el Congreso”. La Constitución estadounidense otorga explícitamente al Congreso, no al presidente, el poder exclusivo de regular el comercio y establecer impuestos.
La magnitud de lo que está en juego es colosal: 90 a 100 mil millones de dólares ya recaudados en aranceles que podrían tener que devolverse si el Supremo declara las medidas ilegales. Pero las implicaciones trascienden lo monetario: este caso determinará si un presidente puede, invocando “emergencias” nacionales, rediseñar unilateralmente el sistema comercial global sin pasar por el proceso legislativo.
La ley de emergencia que nunca fue diseñada para aranceles
En el corazón del caso está la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) de 1977, una norma creada para permitir al presidente imponer sanciones económicas durante crisis nacionales genuinas. Trump la ha invocado para justificar aranceles del 10% al 54% sobre prácticamente todos los países del mundo, argumentando que los déficits comerciales constituyen una “amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad nacional de Estados Unidos.
El problema, según señalaron repetidamente los jueces, es que la palabra “arancel” no aparece en ninguna parte de la IEEPA. Ningún presidente anterior había utilizado esta ley para imponer aranceles en sus 48 años de existencia. Trump comenzó con aranceles “de tráfico” del 25% contra Canadá, China y México en febrero de 2025, justificados por el flujo de fentanilo. Luego, en abril, desató los llamados aranceles “recíprocos”: un 10% base para casi todos los países, más gravámenes adicionales de hasta 50% para más de 60 naciones, calculados en función de sus superávits comerciales con EE.UU.
La jueza Sonia Sotomayor fue contundente: “Ustedes dicen que los aranceles no son impuestos, pero eso es exactamente lo que son. Están generando dinero de ciudadanos estadounidenses, ingresos”. Añadió que ningún presidente había utilizado la IEEPA para imponer aranceles desde su promulgación en 1977.
Tres tribunales inferiores ya han declarado estos aranceles ilegales. El Tribunal de Comercio Internacional de Nueva York dictaminó en mayo de 2025 que Trump carecía de autoridad para imponerlos. El Tribunal de Apelaciones del Circuito Federal confirmó esa decisión en agosto en una votación de 7-4. Ambos concluyeron que la IEEPA no otorga al presidente un poder ilimitado para fijar aranceles: la Constitución establece que esa potestad reside en el Congreso.
Europa en la línea de fuego: cifras que duelen
Para las empresas europeas, los aranceles de Trump no son una abstracción legal sino una realidad operativa que ya está erosionando márgenes y complicando decisiones estratégicas.
La Unión Europea enfrenta actualmente un arancel del 15-20% sobre la mayoría de sus exportaciones a Estados Unidos. Esto representa un incremento dramático respecto a los tipos históricos anteriores y se traduce en un aumento directo de los costes de exportación. Estados Unidos es el mayor socio comercial de la UE para exportaciones de bienes, representando el 20,6% de todas las exportaciones extracomunitarias.
El impacto macroeconómico es significativo pero desigual. Según análisis de instituciones como Bruegel, los aranceles podrían costar aproximadamente 0,3% del PIB de la UE en un escenario moderado, aunque en una guerra comercial simétrica con represalias completas, el impacto podría alcanzar 0,8-1,2% del PIB de la eurozona en un año. El Banco Central Europeo ya ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento en 0,2 puntos porcentuales para 2025 y 2026, con la incertidumbre de política comercial representando aproximadamente la mitad de esas revisiones.
Sin embargo, estas cifras agregadas ocultan diferencias dramáticas entre países y sectores. Alemania es la economía europea más expuesta, con un potencial impacto a largo plazo de alrededor del 0,4% del PIB una vez que el efecto se haya consolidado completamente. Casi una cuarta parte (22,7%) de las exportaciones alemanas totales se dirigen a Estados Unidos. Pequeñas economías como Austria y otras de Europa Central y del Este, que están fuertemente integradas en las cadenas de suministro industriales de Alemania, también se verían duramente afectadas.
Irlanda emerge como el país con mayor exposición relativa: más de la mitad de sus exportaciones de bienes (53,7%) se dirigen al mercado estadounidense. Si los aranceles golpean el sector farmacéutico —que representa el 15% de las exportaciones de bienes de la UE a EE.UU.— Irlanda sería la economía de la UE en mayor riesgo. Dinamarca y Bélgica también enfrentan vulnerabilidades significativas en este sector.
En términos de empleo, las estimaciones sugieren que entre 135.000 y 450.000 puestos de trabajo en la UE podrían estar en riesgo, dependiendo del nivel de aranceles y si la UE responde con medidas retaliatorias. Utilizando multiplicadores de empleo, estudios recientes estiman que una contracción de 1.000 millones de euros en la producción orientada a la exportación podría resultar en 8.000-10.000 pérdidas de empleo, dependiendo de la intensidad laboral de los sectores afectados.
Los sectores industriales en el punto de mira
Automoción: el golpe más duro
La industria automotriz europea es el blanco número uno. Estados Unidos mantiene un déficit comercial significativo con Europa en el sector del automóvil, especialmente con Alemania. Un arancel del 25% sobre automóviles europeos encarece notablemente los BMW, Mercedes, Audi y Volkswagen en el mercado estadounidense, afectando a uno de los pilares del comercio transatlántico.
Automoción, química y maquinaria representan juntos casi el 70% del comercio UE-EE.UU., por lo que un golpe a la automoción tiene amplias ramificaciones. Alemania sería la más damnificada por su volumen exportador. Según declaraciones de líderes industriales, el arancel estadounidense costará miles de millones anuales en medio de la transformación del sector.
Las acciones de los principales fabricantes alemanes cayeron más del 3% tras los anuncios de acuerdos comerciales, con Porsche y Stellantis cayendo un 4%. Pero el problema trasciende las cifras de bolsa: la interdependencia de la cadena de suministro, compuesta por fabricantes, proveedores, ensambladores y concesionarios, significa que la medida podría empujar a los grandes grupos a revisar sus inversiones en Europa, con consecuencias negativas para plantas productivas situadas en España.
Siderurgia: un sector en situación crítica
La industria siderúrgica española, que emplea directamente a más de 60.000 personas y de la que dependen numerosos sectores como la automoción, la maquinaria y la construcción, se encuentra en una situación crítica. El arancel del 50% impuesto por EE.UU. al acero europeo afecta de lleno a las exportaciones españolas, que en 2024 superaron las 250.000 toneladas hacia el mercado estadounidense.
Según organizaciones del sector, el impacto para la industria siderúrgica “sigue siendo dramático” porque Trump mantiene un arancel del 50% sobre los productos siderúrgicos. Desde las asociaciones industriales se reclama “ayudas urgentes para las empresas más afectadas” relacionadas con las exportaciones de productos de acero y aluminio. La preocupación es doble: por un lado, el acceso directo al mercado estadounidense se vuelve prohibitivo; por otro, existe el temor de que el acero chino que no pueda entrar en Estados Unidos rebote hacia Europa por vías indirectas, como operaciones comerciales a través de Marruecos, lo que ya ocurre con componentes de automoción que llegan a la UE desde el país magrebí pero han sido fabricados en Asia.
Maquinaria y equipamiento: en primera línea
Europa es un gran proveedor de maquinaria industrial, equipamiento eléctrico, herramientas y componentes a EE.UU., y este podría ser otro objetivo prioritario de la política arancelaria norteamericana. Dentro de la UE, países como Italia, Alemania, Francia y también España tienen importantes empresas exportadoras de maquinaria y equipamiento eléctrico.
La complejidad de las cadenas de suministro de maquinaria industrial significa que el impacto de los aranceles se siente no solo en los fabricantes finales, sino a lo largo de toda la cadena de valor. Un ejemplo ilustrativo: en 2019, España exportó alrededor de 1.300 millones de dólares en productos manufacturados del sector automotriz a EE.UU., de los cuales aproximadamente el 20% corresponde a valor añadido en el sector mismo, un tercio a valor añadido en otros sectores dentro de España (bienes y servicios intermedios) y más del 40% a valor añadido en otros países.
Esto revela una realidad crítica: el impacto de los aranceles va más allá del efecto directo en las empresas exportadoras, ya que también se siente indirectamente en toda la economía y a lo largo de las cadenas de valor europeas y globales.
Los tres escenarios legales y sus implicaciones
Los expertos legales identifican tres posibles desenlaces de la decisión del Supremo, cada uno con implicaciones radicalmente diferentes para las empresas europeas:
Escenario Anulación total
Si el Supremo invalida los aranceles basados en IEEPA, el gobierno de EE.UU. enfrentaría la tarea sin precedentes de reembolsar más de 90 mil millones de dólares en ingresos arancelarios ya recaudados. La preocupación expresada por miembros del tribunal es que el proceso de reembolso “podría ser un caos”.
Los expertos legales advierten que el proceso podría estar plagado de trámites burocráticos, retrasos o limitarse a empresas específicas. Algunos analistas de instituciones como Yale sugieren que “lo que los consumidores necesitan saber es que esos reembolsos van a las empresas, no a los consumidores”. Varios expertos también expresaron preocupaciones de que un proceso complejo de reembolso podría poner en desventaja a las pequeñas empresas.
Crucialmente, incluso una derrota en el Supremo no significaría el fin de los aranceles de Trump. La administración ya ha dejado claro que tiene “muchas” otras autoridades legales que puede utilizar. Funcionarios del Tesoro han declarado que los importadores y socios comerciales “deberían asumir que [los aranceles] están aquí para quedarse”.
Escenario Validación presidencial
Si el Supremo avala la autoridad de Trump para imponer aranceles bajo IEEPA, cimentaría un nuevo ejercicio expansivo del poder presidencial y preservaría una piedra angular de la agenda de Trump. Los economistas estiman que tal resultado podría impulsar parte de la manufactura estadounidense a largo plazo, pero costaría a las familias estadounidenses un promedio de más de 1.700 dólares este año solo en precios más altos.
Para las empresas europeas, este escenario representaría la peor noticia: aranceles permanentes y elevados sin perspectivas claras de negociación o reducción. Además, establecería un precedente peligroso para futuros presidentes que podrían reclamar emergencias inexistentes para actuar unilateralmente en cualquier número de asuntos, desde la política climática hasta la regulación tecnológica.
Escenario Decisión mixta
El Supremo podría adoptar un enfoque intermedio, invalidando algunos aranceles pero reconociendo ciertas facultades presidenciales limitadas. Por ejemplo, podría dictaminar que IEEPA no autoriza aranceles, pero acordar que los tribunales no pueden cuestionar si existe una “emergencia” o una “amenaza inusual y extraordinaria”. O podría estrechar la interpretación, estableciendo que el estatuto autoriza solo medidas específicas, proporcionadas y directamente vinculadas a una amenaza extranjera concreta, no aranceles generales aplicados globalmente.
Este escenario dejaría a las empresas en un limbo prolongado mientras la administración Trump pivota hacia otras herramientas legales y renegocia acuerdos comerciales ya firmados.
Las alternativas legales de Trump: el arsenal completo
Si el Supremo falla en su contra, Trump no se quedará sin opciones. Su equipo ya ha identificado múltiples vías alternativas para mantener aranceles elevados:
Sección 232: La opción más sólida
La Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962 permite al presidente imponer aranceles por motivos de seguridad nacional. A diferencia de los aranceles generales que Trump impuso usando IEEPA, la Sección 232 está diseñada para aplicarse a importaciones en sectores individuales, más que desde países específicos.
Trump ya ha ejercido la autoridad de la Sección 232 para proponer o implementar aranceles sobre más de un tercio de las importaciones de EE.UU., incluidos automóviles, equipos médicos, madera y metales. Estos aranceles han sido exhaustivamente examinados en tribunales y podrían aplicarse a otras naciones involucradas en acuerdos comerciales realizados anteriormente este año.
La ventaja: estos aranceles son más resistentes a desafíos judicales dado el histórico respeto del tribunal a la autoridad del presidente en asuntos relacionados con la seguridad. La desventaja: requieren investigaciones largas (hasta 270 días) conducidas por el Departamento de Comercio, lo que inhibiría la capacidad del presidente para hacer ajustes arbitrarios a los aranceles como lo ha hecho con IEEPA.
Sección 301: El martillo contra prácticas desleales
La Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974 faculta al presidente para imponer aranceles amplios en respuesta a prácticas comerciales desleales, siempre que se realice primero una investigación. La administración Trump utilizó previamente esta autoridad durante su primer mandato para iniciar un conflicto comercial con China y recientemente inició una nueva investigación sobre el cumplimiento por parte de China del acuerdo comercial del primer mandato de Trump.
Los aranceles de la Sección 301 han sido minuciosamente examinados en tribunales y podrían aplicarse a otras naciones. Analistas que trabajaron en comercio durante administraciones anteriores sugieren que la administración podría iniciar numerosas investigaciones comerciales bajo la Sección 301.
Sección 122: El parche temporal
La Sección 122 de la Ley de Comercio de 1974 permite a un presidente imponer aranceles para abordar grandes déficits de balanza de pagos, que están relacionados con los déficits comerciales que algunos de los aranceles IEEPA pretenden abordar. Esta legislación permite al presidente establecer un arancel global del 15% durante 150 días.
Funcionarios del Tesoro han mencionado específicamente tanto la Sección 232 como la Sección 301 como alternativas viables, aunque reconocieron que estas opciones restringirían la capacidad del presidente para imponer aranceles bajo circunstancias de “emergencia”, como Trump ha hecho.
El dólar y la deuda: las víctimas colaterales
Más allá del impacto comercial directo, los aranceles de Trump y su batalla legal están socavando dos pilares fundamentales del poder económico estadounidense: el dólar como moneda de reserva mundial y la sostenibilidad de la deuda federal.
El dólar en la cuerda floja
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, está convencido de que Estados Unidos puede mantener el dólar como moneda de reserva mundial y al mismo tiempo devaluarlo sensiblemente frente a otras divisas: “Ambos objetivos no son mutuamente excluyentes”, afirmó. Pero economistas y expertos cuestionan seriamente esta premisa.
El dólar está en camino de registrar la mayor caída de su valor desde al menos el año 2000. Desde las elecciones de noviembre de 2024, el consenso de mercado ha pasado de apostar por un dólar fuerte —ante la promesa de Trump de imponer aranceles— a experimentar una depreciación frente a todas las divisas del G10.
Expertos advierten que el estilo imprevisible de Trump altera la lógica económica tradicional y genera incertidumbre global. “La pérdida de prestigio institucional de EE.UU. puede traducirse en menor inversión, fuga de talento y debilitamiento del dólar”. La acción unilateral del gobierno ignora la facultad constitucional del Congreso para fijar aranceles. Dado que el gobierno también impuso aranceles sin tener en cuenta los acuerdos comerciales vigentes con Estados Unidos, ha suscitado dudas sobre la credibilidad de los compromisos económicos internacionales del gobierno estadounidense, un importante respaldo a la confianza en el sistema del dólar.
Los dólares representan el 58% de las reservas de los bancos centrales fuera de Estados Unidos. Estados Unidos inevitablemente importará menos bienes debido a estos aranceles, lo que afectará al estatus del país como moneda de reserva a medida que disminuya la oferta de dólares en el extranjero. El desequilibrio comercial es el mecanismo que suministra dólares al resto del mundo. La regularidad de estos flujos sustenta el estatus del billete verde como moneda de reserva mundial.
La bomba de la deuda
Es preocupante que todo esto ocurra justo cuando la nueva legislación del gobierno añade más de 4 billones de dólares a la deuda nacional estadounidense en diez años. La deuda estadounidense ya representa aproximadamente el 100% del PIB, y los costos de los intereses aumentan cada año.
Dado que el gobierno de Trump planea endeudarse aún más, sus ataques a los cimientos del dominio del dólar podrían poner en peligro las ventajas que conlleva la demanda de bonos del Tesoro estadounidense, incluyendo un ahorro de más de un billón de dólares en pagos del servicio de la deuda a lo largo de una década.
Inicialmente, los mercados financieros reaccionaron bruscamente a las medidas agresivas y poco convencionales de la administración: los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a largo plazo aumentaron (incrementando el costo de los préstamos para el gobierno) y el dólar perdió valor. En respuesta, la administración suavizó sus medidas. El 9 de abril, apenas una semana después del “Día de la Liberación” de Trump, el presidente suspendió la implementación durante 90 días.
China y Europa: las respuestas estratégicas
China: tregua táctica, no capitulación
China ha adoptado un enfoque pragmático de tregua temporal. El 5 de noviembre de 2025, anunció que extenderá la suspensión de un arancel retaliatorio del 24% sobre ciertos bienes estadounidenses por otro año, proporcionando un respiro parcial para los exportadores estadounidenses. Beijing también eliminará aranceles retaliatorios del 10% al 15% impuestos sobre algunos productos agrícolas estadounidenses, incluidos pollos y soja, a partir del 10 de noviembre.
Sin embargo, mantiene un arancel del 10% introducido en respuesta a los aranceles del “Día de la Liberación” de Trump, más un 13% sobre la soja. Esto significa que las importaciones estadounidenses de soja a China siguen siendo demasiado costosas para compradores comerciales en comparación con alternativas brasileñas.
La tregua ofrece un respiro crucial pero temporal para empresas estadounidenses que buscan el mercado chino, destacando el profundo entrelazamiento económico entre las dos superpotencias incluso en medio de intensa rivalidad geopolítica. China también acordó implementar medidas apropiadas para garantizar la reanudación del comercio desde las instalaciones de Nexperia en China, permitiendo el flujo de chips heredados críticos al mercado global. Estos chips son vitales en la producción automotriz y había preocupaciones de los fabricantes sobre el daño que podría tener una escasez.
Unión Europea: entre la firmeza y la prudencia
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó los aranceles de Trump como “un grave golpe para la economía global”, advirtiendo que “las consecuencias serán devastadoras para millones de personas en todo el mundo”. La UE ha dejado claro que está preparando medidas retaliatorias y ha elaborado listas de productos estadounidenses que podrían ser gravados.
Como precedente, en 2018 la UE respondió a los aranceles de Trump imponiendo gravámenes del 25% a más de 180 productos, lo que alteró patrones comerciales. La UE también está trabajando para diversificar y reforzar sus relaciones comerciales, centrándose en el 83% del comercio global más allá de Estados Unidos, por ejemplo con los acuerdos cerrados recientemente con Mercosur, México y Suiza, así como los que está trabajando con India, Tailandia, Malasia o Indonesia.
Sin embargo, la UE también está consciente de los riesgos de una escalada total. El acuerdo marco alcanzado en julio de 2025 estableció un arancel fijo del 15% para la mayoría de productos europeos exportados a Estados Unidos, una cifra que la Comisión destacó como “un techo claro, sin acumulación, todo incluido” para la mayoría de exportaciones de la UE, incluidas automoción, semiconductores y farmacéuticos.
El efecto dominó: desvío comercial hacia Europa
Un efecto colateral preocupante ya está materializándose: productos que ya no pueden venderse rentablemente en Estados Unidos están siendo redirigidos hacia Europa, creando presión competitiva adicional para las empresas europeas. El déficit comercial de la UE con China aumentó un 22% en solo un mes tras la imposición de los aranceles de Trump.
El aumento fue particularmente pronunciado en estados más pequeños de la UE, con exportaciones chinas a Estonia aumentando 79,4%, Chipre 70,5% y Bulgaria 46,7%. El impacto sectorial se alinea con preocupaciones anteriores: las exportaciones de baterías chinas a la UE aumentaron 52% en toda la UE, mientras que las importaciones alemanas de teléfonos inteligentes de China aumentaron 221,6%. Combinado con un crecimiento explosivo en envíos de comercio electrónico de bajo valor (ahora 5,43% de las exportaciones totales de China a la UE), esto demuestra que el desvío comercial está ocurriendo a través de múltiples canales.
Respuestas estratégicas para empresas europeas
En este entorno de máxima incertidumbre, las empresas europeas necesitan explorar opciones estratégicas según recomendaciones de expertos en supply chain y procurement. Sin tratarse de una receta cerrada, sino de acciones que diversos analistas consideran convenientes:
Mapeo profundo de la cadena de suministro
Según expertos en logística y supply chain, la complejidad de las cadenas de suministro modernas significa que los cambios en una región pueden reverberar a través de múltiples niveles de proveedores, a menudo de formas que no son inmediatamente visibles. El mapeo de sub-niveles y la visibilidad profunda de proveedores se consideran capacidades cruciales por parte de los analistas especializados.
Para gestionar eficazmente el impacto de los aranceles, diversos especialistas sugieren que las empresas necesitan más que una lista de proveedores primarios: podrían beneficiarse de entender cómo sus proveedores obtienen materiales, qué proveedores están en riesgo y dónde existen vulnerabilidades potenciales en la cadena de suministro extendida. Como ilustración, el impacto potencial de aranceles sobre componentes electrónicos importados de Asia: si un proveedor directo obtiene materias primas de un país afectado por aranceles, las empresas pueden experimentar aumentos de costos inesperados o retrasos.
Analistas sugieren explorar sistemas avanzados de gestión de información de proveedores para revelar dependencias de la cadena de suministro, así como realizar análisis integrales de vulnerabilidad que incluyan proveedores de segundo nivel e identifiquen componentes y materiales críticos que puedan verse afectados por los nuevos aranceles.
Diversificación y engagement con proveedores
Según expertos en procurement, podría ser conveniente abrir diálogos tempranos con proveedores para comprender sus riesgos y estrategias de mitigación. Diversas fuentes sugieren evaluar y elegir proveedores preferidos principales mientras se evita la fuente única para categorías críticas, así como explorar proveedores alternativos en regiones no impactadas por los nuevos aranceles. En este sentido, el abastecimiento del sudeste asiático o Europa del Este aparece en varios análisis como alternativa potencial.
En el medio plazo, algunos especialistas consideran que podría resultar interesante explorar asociaciones estratégicas con empresas en países que tienen acuerdos comerciales más favorables con EE.UU. Este movimiento tiene como objetivo eludir directamente los aranceles redirigiendo las cadenas de suministro. Asimismo, especialistas sugieren vigilar las oportunidades que puedan surgir para mejores términos y opciones de abastecimiento adicionales de proveedores conforme se producen cambios en los mercados.
Gestión de costos y estrategia contractual
Expertos en negociación comercial sugieren que podrían valorarse contratos a largo plazo con proveedores para fijar precios y protegerse contra aumentos repentinos, así como desarrollar modelos de reparto de costos y planes de contingencia para ciertas categorías. Incorporar cláusulas de ajuste de precio y topes en contratos se menciona frecuentemente en análisis como forma de protegerse contra aumentos de precios inducidos por aranceles.
Analistas también sugieren que en los procesos de licitación y riesgo contractual, los documentos de licitación podrían considerar los riesgos relacionados con aranceles. Los licitadores pueden inflar precios para cubrir incertidumbres arancelarias futuras a menos que se construyan mecanismos como indexación o cláusulas de traspaso en los contratos.
Ingeniería arancelaria y optimización logística
Según especialistas en trade compliance, podría explorarse rediseñar productos para que califiquen en categorías de menor arancel (lo que se denomina ingeniería arancelaria). La clasificación de bienes bajo los códigos del Sistema Armonizado (códigos HS) puede llevar a errores significativos en la aplicación de aranceles. Los analistas sugieren que las empresas trabajen con expertos en aduanas y cumplimiento comercial para garantizar la clasificación correcta, especialmente cuando los productos caen en áreas grises o son ensamblajes de múltiples componentes.
Diversas fuentes recomiendan explorar herramientas de IA para pronosticar rutas logísticas alternativas que eviten aranceles, así como optimizar las prácticas de gestión de inventario para mitigar posibles interrupciones. Algunos analistas consideran que podría ser prudente aumentar el inventario de materiales críticos para proporcionar un amortiguador contra picos de precios e interrupciones.
Acuerdos comerciales y aranceles preferenciales
Los acuerdos comerciales preferenciales como el EPA UE-Japón o el Acuerdo de Libre Comercio Reino Unido-Australia permiten aranceles reducidos o cero para bienes que califican. Comprender las reglas de origen, los requisitos de documentación y los mecanismos de facilitación comercial se menciona en análisis como un área donde las empresas podrían agregar valor.
Expertos sugieren mantener vigilancia sobre negociaciones comerciales en curso y cambios de política, explorar exenciones arancelarias donde sea posible, y asegurar el cumplimiento con nuevas regulaciones comerciales, incluidos cambios en el etiquetado de país de origen.
Colaboración interfuncional y tecnología
Especialistas en transformación digital de supply chain sugieren que podría ser beneficioso establecer equipos interfuncionales con stakeholders empresariales para desarrollar planes de acción cohesivos, así como buscar apoyo de expertos legales para revisar y potencialmente revisar cláusulas relacionadas con aranceles. Cabe mencionar que especialistas recomiendan crear un equipo centralizado para monitorear anuncios y responder rápidamente a cambios de política.
Según análisis de tecnología de procurement, herramientas de gestión de riesgo de proveedores que ofrecen actualizaciones en tiempo real y análisis impulsados por IA podrían resultar de utilidad. Los especialistas también sugieren implementar sistemas robustos de análisis de gastos para mejor visibilidad y toma de decisiones más rápida, así como realizar planificación de escenarios y análisis de simulación para ayudar con la planificación proactiva.
El horizonte temporal: ¿cuándo habrá claridad?
Para las empresas que necesitan planificar inversiones, negociar contratos y tomar decisiones estratégicas, la pregunta crítica es: ¿cuándo tendremos certeza?
La sentencia del Supremo
El Tribunal Supremo generalmente tarda varios meses en llegar a una decisión después de escuchar argumentos orales, con un fallo esperado a más tardar en junio de 2026, coincidiendo con el final del término de la corte. Sin embargo, la rápida decisión de escuchar el caso arancelario en septiembre y programar argumentos para noviembre puede indicar que una resolución más rápida es posible, potencialmente incluso para finales de 2025, aunque el momento específico sigue siendo incierto.
Los analistas han señalado que los aranceles podrían estar en peligro, aunque si la administración Trump pierde, recurriría a otras leyes. Es improbable que se emita un fallo antes de principios de 2026.
El período de incertidumbre prolongada
Incluso con una sentencia, la incertidumbre no terminará. Analistas de instituciones financieras internacionales han comentado que la “complejidad burocrática” que rodea los reembolsos representa una matriz turbia de resultados si la administración pierde en el Supremo. Sugieren que tal pérdida serviría solo como un “revés temporal” para la agenda comercial de Trump, ya que la administración podría pivotar a leyes comerciales que proporcionan autoridad arancelaria.
Los analistas señalaron: “En el lado negativo, este proceso de implementación podría prolongarse, prolongando la incertidumbre en la política comercial“. Añadieron que otra ronda de negociaciones comerciales podría estar en el horizonte para 2026, nublando aún más las perspectivas comerciales.
Funcionarios de autoridades monetarias internacionales indicaron implicaciones potenciales para la política monetaria derivadas de un fallo judicial contra Trump, que podría “aumentar la incertidumbre… respecto al panorama arancelario”. Compartieron que la mayor incertidumbre comercial podría amortiguar el crecimiento económico, aunque este impacto podría ser mitigado por “tasas de interés moderadamente más bajas”.
Para las empresas europeas, esto significa que podría ser prudente planificar para un período de incertidumbre de al menos 6-12 meses, y potencialmente mucho más si la administración Trump recurre a herramientas legales alternativas que requieren nuevas investigaciones y negociaciones.
Las lecciones para Europa: más allá de los aranceles
Este caso judicial trasciende la política comercial. Representa una prueba fundamental de si el uso de poderes de emergencia para eludir al Congreso se convierte en una herramienta de gobernanza rutinaria, con profundas implicaciones para la separación constitucional de poderes y los límites de la autoridad presidencial.
Si el Supremo avala el uso de IEEPA por parte de Trump para aranceles, podría cimentar un precedente amplio para gobernar mediante emergencia. Futuros presidentes podrían reclamar emergencias inexistentes para actuar unilateralmente en cualquier número de temas, desde la política climática hasta la regulación tecnológica. Trump ya ha declarado nueve emergencias nacionales en sus primeros nueve meses de mandato, superando con creces a cualquier otro presidente desde la promulgación de la Ley de Emergencias Nacionales.
Para las empresas europeas, las implicaciones son claras: el modelo de comercio global basado en reglas, acuerdos multilaterales y procesos predecibles está siendo reemplazado por uno de poder ejecutivo unilateral, volatilidad constante y negociaciones bilaterales bajo amenaza. En este nuevo entorno, las estrategias que funcionaron durante décadas —cadenas de suministro globales optimizadas, fuente única de proveedores eficientes, contratos de largo plazo con precios fijos— se vuelven vulnerabilidades potenciales.
La resiliencia, flexibilidad y capacidad de adaptación rápida emergen en los análisis de especialistas como los nuevos imperativos estratégicos. Las empresas que puedan mapear sus cadenas de suministro hasta el tercer nivel, diversificar geográficamente sus fuentes, negociar contratos con cláusulas de protección arancelaria, y utilizar tecnología para escenarios de simulación en tiempo real estarán mejor posicionadas para navegar la tormenta que se avecina.
Conclusión: prepararse para todos los escenarios
El 5 de noviembre de 2025 podría recordarse como el día en que el Tribunal Supremo de Estados Unidos puso freno a la expansión descontrolada del poder ejecutivo en materia comercial. O podría ser el día en que validó un nuevo paradigma de presidencia imperial capaz de reescribir unilateralmente las reglas del comercio global.
Para las empresas europeas, la lección es que no pueden permitirse esperar a que se resuelva la incertidumbre legal. Los aranceles de Trump —sean legales, ilegales, modificados o reemplazados por otros bajo diferentes autoridades legales— representan una nueva realidad: la política comercial se ha convertido en un arma geopolítica sujeta a cambios repentinos e impredecibles.
Las organizaciones que sobrevivirán y prosperarán en este entorno no serán las más grandes o las más eficientes en el modelo tradicional, sino las más ágiles, las mejor informadas y las que hayan construido la redundancia y flexibilidad necesarias para absorber shocks regulatorios sin colapsar.
El Tribunal Supremo dictará su sentencia en los próximos meses. Pero independientemente del veredicto, la era del comercio predecible ha terminado. La pregunta ya no es si habrá volatilidad arancelaria, sino cómo construir organizaciones capaces de navegar esa volatilidad como parte de su operación normal. Para los líderes de las empresas europeas, el momento de explorar estas opciones estratégicas es ahora.
Fuentes: Agenda Web, Atlantic Council, BBC, BBVA Research, Bloomberg, Brennan Center for Justice, Brookings Institution, Bruegel, CBC, Caixin Global, Chatham House, China-Briefing, Council on Foreign Relations, JP Morgan, Nomura Connects, The New York Times, Wall Street Journal
Foto: leif-christoph-gottwald-Wge_omgHrWE-unsplash
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