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La UE importará cantidades récord de gas licuado de Rusia en 2023

Las claves:

  • La UE importará cantidades récord de gas licuado de Rusia este año
  • La Unión Europea está lista para superar las compras de GNL a gran escala del año pasado a Rusia a pesar de las ambiciones de independizarse de los combustibles fósiles del país en guerra.
  • España fue el segundo mayor comprador de GNL ruso, con un 18%, sólo por detrás de China, con un 20%
  • “Comprar gas ruso tiene el mismo impacto que comprar petróleo ruso”, denuncia la ONG Global Witness
  • Se proyecta que las compras de gas licuado de la UE a Rusia en 2023 alcancen un valor de 5.290 millones de euros

Financial Times informa que los estados miembros de la UE están en camino de romper su propio récord de importación de gas natural licuado (GNL) de Rusia en un año.

En los primeros siete meses del año, Bélgica y España fueron el segundo y tercer mayor importador de GNL ruso, respectivamente, siguiendo el primer lugar de China, según un análisis de la ONG Global Witness.

En general, las importaciones de la UE de gas súper enfriado por mar aumentaron un 40 por ciento entre enero y julio de este año en comparación con el mismo período de 2021, antes de que Rusia invadiera Ucrania en febrero de 2022.

El salto proviene de una base baja, ya que la UE no importaba cantidades significativas de GNL antes del estallido de la guerra debido a la gran importación anterior de gas a través de gasoductos desde Rusia.

“Es sorprendente que los países de la UE hayan trabajado tan duro para dejar de consumir gas fósil ruso solo para reemplazarlo con el equivalente enviado”, dice Jonathan Noronha-Gant, activista senior de combustibles fósiles de Global Witness.

El análisis de la ONG se basa en datos de la empresa de análisis Kpler, que muestran que la UE está importando alrededor de un 1,7 por ciento más de GNL de Rusia este año que el año pasado, cuando las importaciones estaban igualmente en un nivel récord.

Si bien la UE ha impuesto prohibiciones de importación tanto de petróleo como de carbón de Rusia, no existe una prohibición de las importaciones rusas de GNL.

 

Se disparan las compras de la versión licuada del gas

Las compras de la Unión Europea de gas natural licuado (GNL) — el que se transporta en metaneros– procedente de Rusia han aumentado más de un 40% entre enero y julio respecto del mismo periodo de 2021, antes de la invasión de Ucrania, según un informe de la organización no gubernamental Global Witness, con datos de Kpler.

Se calcula que los países de la UE han gastado casi 5.300 millones de euros comprando más de la mitad de todo el GNL de Rusia durante los primeros siete meses de 2023, siendo España y Bélgica el segundo y tercer mayor comprador a nivel mundial, sólo por detrás de China. Nuestro país cuenta con una amplia red de regasificadoras en sus puertos y por este motivo acapara junto a Bélgica gran parte de las compras del viejo continente. El gas licuado solo se puede recibir si hay instalaciones preparadas para recibirlo.

Utilizando los precios rusos del GNL estimados por el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio en función de los valores comerciales al contado y mensuales, Global Witness proyecta que las compras de la UE en 2023 tendrán un valor de 5.290 millones de euros.

Hace justo un año que Rusia dejó de enviar gas a Europa como represalia por las sanciones occidentales. A finales de septiembre una serie de fugas y detonaciones dejaron inutilizables las dos tuberías que conectaban el gas ruso directamente con Alemania, el Nord Stream 1 y 2.

La UE tuvo que acelerar sus planes para cubrir sus necesidades y aumentar y diversificar las compras con otros países proveedores. Esas alternativas a la conexión por tubería con Rusia eran, fundamentalmente, gas licuado transportado vía marítima. Estados Unidos aumentó su peso como proveedor europeo, pero de ese mercado no se excluyó a las empresas de origen ruso.

La dependencia de este combustible es todavía elevada y no se puede ejercer la desconexión total. El pasado mes de julio, Rusia figuraba como tercer mayor proveedor de GNL de la UE, por detrás de EEUU y Qatar.

“Los países de la UE ahora compran la mayor parte del GNL que produce Rusia, apuntalando una de las fuentes de ingresos más importantes del Kremlin”, sostiene la ONG, que calcula que, entre enero y julio, la UE compró el 52% de las exportaciones de Rusia, frente al 49% en 2022 y el 39% en 2021.

Comprar gas ruso tiene el mismo impacto que comprar petróleo ruso. Ambos financian la guerra en Ucrania y cada euro significa más derramamiento de sangre. Mientras los países europeos condenan la guerra, están poniendo dinero en los bolsillos de Putin. Estos países deberían alinear sus acciones con sus palabras prohibiendo el comercio de GNL ruso que está alimentando tanto la guerra como la crisis climática”, afirma Jonathan Noronha-Gant, activista senior de combustibles fósiles en Global Witness.

Sin embargo, según fuentes del sector, a diferencia del gas que llegaba por tubería –que estaba controlado por Gazprom, una empresa estatal vinculada directamente con Vladimír Putín–, las ventas de GNL ruso pertenecen, principalmente, a una empresa privada. El capital mayoritario de esta sociedad está controlado por la rusa Novatek, pero también hay socios chinos y una participación de la francesa Total.

Estas mismas fuentes explican que empresas como la española Naturgy o la francesa Total tienen firmados contratos a largo plazo con suministradores rusos de GNL. En lo que llevamos de año, una quinta parte del gas importado desde España es de origen ruso. Ha duplicado su peso en tan solo dos años, casi lo mismo que EEUU. Justo lo contrario de lo que ha pasado con Argelia, socio preferencial hasta el año 2021. Un descenso que, en gran parte, se deriva de un conflicto político.

 

 

 

Desde el Gobierno español se defiende que el gas debería incluirse dentro de las sanciones al régimen de Putin. La UE no compra petróleo ruso ni derivados desde diciembre de 2022 y ha impuesto un embargo de 60 dólares si el crudo utiliza alguna empresa europea para su transporte a terceros países.

Desde la Comisión Europea se insiste en que la UE dejará de comprar combustibles fósiles de Rusia en el año 2027. Precipitar un corte de suministro del GNL ruso podría generar una segunda vuelta de la crisis energética que vivimos el verano pasado. Una simple huelga de trabajadores en tres importante plantas en Australia ha disparado la cotización del gas este mes de agosto. No hemos llegado ni de lejos a los niveles de hace un año, pero ha servido de recordatorio de cómo se pueden disparar las alarmas en un mercado todavía muy tensionado.

 

Fuentes: KIT LINDHARDT- ShippingWatch, EuropaPress y Nius

Foto: chris-pagan- Unsplash

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